viernes, 15 de febrero de 2013

¿Una Femme Fatale a la mexicana?

Quizá Susana Zabaleta pudiera ser esa última esperanza para contar entre nuestras mujeres vivas con el placer de tener una Femme Fatale de Monclova, Coahuila. 

Tiene todo lo que se necesita y no me refiero únicamente a la apariencia, porque la historia nos da cuenta de que para ganarse el título de Femme Fatale lo primero es poseer una imagen seductora de gran belleza en rostro y cuerpo.

De eso la Zabaleta puede ya presumir bastante: siendo mujer de clase acomodada y al parecer acostumbrada a cuidarse desde muy joven, la disciplina del canto y el baile también le enseñaron a conservarse saludable.

Cuando uno mira a Susana lo primero que llama la atención es su escultural figura: delgada, atlética, con un vientre plano que ya quisieran muchas chiquillas de veinte. Su amplia sonrisa de dientes perfectos, la piel tersa y la negra melena alborotada pero siempre en su lugar. Por si esto fuera poco, procura vestir siempre atuendos atrevidos que resaltan sus atributos. Pero eso no es suficiente para ser una Femme Fatale.

La Zabaleta sería una de tantas bellezas si no fuera por su actitud cínica y su mirada picarona. Se aleja de lo vulgar pero resulta provocativa al contar con la franqueza de la mujer norteña, sumada a una aguda inteligencia que desde muy joven le ha hecho confiar en su belleza y en su capacidad de manejar a los hombres.

¿Qué es una "Mujer Fatal"?

Una Femme Fatale es estratega. Si usted quiere aspirar a ser una de ellas, olvídese -aunque no demasiado- de sus características físicas. Más que una mujer perfectamente ajustada a las convenciones sociales de belleza, la Femme Fatale es segura de sí misma, confiada de su inteligencia y de sus habilidades de seducción. No depende emocionalmente de otra persona -y mucho menos de un hombre- para ser feliz y sentirse plena.

No estoy queriendo decir con lo anterior que una FF odie a los hombres, muy al contrario, disfruta de ellos, pero igual puede tener la mente abierta para relacionarse también con mujeres. No le tiene miedo al qué dirán y nunca abusa de su poder sobre los otros. El adjetivo fatale sugiere la muerte, pero no se refiere a que la mujer sea una asesina. La connotación es más bien sexual: como la mantis religiosa o la viuda negra, que devoran al macho después de copular con él, por lo que la muerte del hombre en brazos de una mujer fatal es más de índole simbólica tanto en lo emocional como en lo social: pareciera morir su voluntad, perecer su hombría al verse envuelto en los encantos carnales e intelectuales de su amante.

Pero una mujer fatal no hiere, es la más sutil de las negociantes. El hombre no sólo se da cuenta de que está siendo manipulado, sino que lo goza. De ahí el conflicto que le genera el estar siendo obediente a los deseos de un ser considerado culturalmente inferior a él. La Femme Fatale le voltea la moneda: él pareciera ser su súbdito, pero será tan cuidadosa, que jamás va a lastimarlo. Ser FF es un juego: en realidad nadie está dominando a nadie, sólo es una mujer que sabe el papel administrativo que le corresponde, y usa su inteligencia para elegir cuándo llevar y cuándo dejarse llevar.

Suena bien, ¿no? Una forma de amar con desapego, teniendo siempre el control de la situación, sin retener al otro por la fuerza, dejándolo en libertad pero con la certeza de que siempre regresará para entregarse. Una mujer fatal nunca sufre la falta del otro porque nunca le falta nada: se tiene a sí misma y por ello se siente completa. Una mujer fatal ama de veras, no maneja cruelmente al otro, simplemente sabe lo que les conviene a ambos y busca las condiciones para obtenerlo, por lo que la sensación de fatalidad es solo eso: una idea falsa de sometimiento del hombre. Repito: es sólo un juego.

Susana y las mujeres mexicanas

Aprender a ser una FF en México no es algo sencillo, sobre todo si se proviene de una clase social baja,  no se tienen estudios, se tienen antecedentes católicos y se basa la educación sentimental en las canciones de la radio, películas y telenovelas. Lo más que puede aprenderse es a intentar parecer una de ellas, pero a ser rápidamente confundida con una mujer de mala reputación.

Por eso es que la gente famosa sirve muchas veces como modelo a seguir en cuanto a pautas de comportamiento. No sólo se imponen modas en la forma de verse o de vestirse, sino en las formas de hablar y de conducirse por la vida. Sólo hay que tener cuidado con esto porque es engañoso lo que las pantallas televisivas nos muestran de las figuras públicas. Recordemos que cada cosa que vemos a través de una cámara, representa sólo una mirada parcial de lo que es la realidad completa.

Un ejemplo: vemos un paneo de la cámara recorrer el vestido que la Zabaleta lució para tal o cual evento. Con ello se nos queda en la mente que algo muy importante de ella es su bien formado cuerpo, lo que en el inconsciente se graba como una muy cruel comparación entre el ideal de belleza y lo palpable del propio cuerpo. Luego le hacen una pregunta y ella contesta en segundos una frase contundente que encierra toda una forma de pensar, muy distinta del común de la mujer mexicana. La nota periodística pasa muy rápido y los comentarios de los reporteros -por lo general escasos de entendederas- ridiculizan o frivolizan la respuesta de la cantante al no poderle dar una explicación congruente. 

¿Qué sucedió aquí? Que la mujer quedó reducida a una loca petulante, inadaptada y 'mala leche'. Juicio moral.

Habrá que cuestionarse: ¿Qué tiene de malo ser petulante si se sabe lo que se tiene y cómo usarlo? (que los demás no lo sepasn, es su problema) ¿Qué tiene de malo ser un inadaptado en una sociedad profundamente enferma? (sabias palabras de Krishnamurti) ¿Qué tiene de malo divertirse un poco echando sana carrilla a los demás? (el mexicano es muy sentidito, y la mexicana, muchísimo más por razones obvias).

He visto y escuchado a mucha gente expresarse mal de Susana, y no pocas veces he estado de acuerdo en algunas cosas. Que si no interpreta de la misma forma que Regina Orozco (cruel comparación porque como su nombre lo indica, ella es auténticamente una reina); que si no tiene bonita voz (a mí tampoco me gusta, aunque es una profesional del canto ante toda prueba); que si "se siente mucho" (es mejor sentirse mucho que sentirse poco, por experiencia personal lo comento); que si es agresiva y vulgar (no lo creo, ella y Niurka no son lo mismo, Susana no ha lucrado con escándalos de su vida íntima); que si su cinismo choca (yo diría que "lo que te choca, te checa". El cinismo hace eso siempre contra las mentes más reprimidas... ejem... y también lo digo por experiencia)... el caso es que Susana es una de las pocas exponentes más congruentes con el estereotipo de mujer fatal que tanta falta nos hacen.

Probablemente no ha llevado una carrera muy equilibrada: ha sido tan versátil que ha aceptado trabajos televisivos horrendos por los cuales a veces se le ha considerado vulgar: telenovelas y reality shows no son lo que hace necesariamente respetada a una artista. La razón más evidente es que lo ha hecho por dinero... motivo no sólo respetable sino comprensible. Quienes no aceptan ese tipo de estímulos económicos puede ser solamente por dos razones: o no se sienten capaces de tal flexibilidad en sus habilidades como profesionales del arte para poder hacer un simple entretenimiento; o bien tienen ataduras morales relacionadas con la esencia de su profesión y con lo que está correcto hacer o no. Ninguno de estos problemas los tiene Susana, pero destaquemos que hasta el momento no ha aceptado posar desnuda, lo cual tiene fama de ser bien pagado pero aún no se desliga de conceptos tan complicados de teorizar como la pornografía y la prostitución.

Quizás se le cuestione también que, por mucho que ella se jacte de tener un matrimonio muy abierto y moderno, lleve varios años casada con el mismo hombre y tenga dos hijos, viviendo así en la vida privada un estilo de familia tradicional muy lejano a lo que cualquiera podría asociar con una vida disipada y sin preocupaciones. A veces hasta parece haber mucha incongruencia entre su actitud crítica  y su conservadurismo, lo que la ha llevado a ser modelo aspiracional para muchas mujeres mexicanas, y a generar empatía y envidia a la vez. Pero aunque el punto podría ser muy debatible, es una muestra de que puede serse una Femme Fatale y formar una familia al mismo tiempo. Ambas cosas no se excluyen una a la otra. No es necesario tener muchos amantes para poder actuar como tal. Una puede ser FF pretendiendo ser fácil, pero no siéndolo realmente.

Susana hace alarde de su seguridad personal y en ocasiones exagera, es descuidada en algunos comentarios pero la mayoría de las veces lo hace de buenas y en todo caso, asumiendo las consecuencias. De otra manera ya no tendría trabajo, y eso sin olvidarnos de sus capacidades vocal e histriónica, que no son sino resultado del esfuerzo y la constancia, por lo que no es una mujer que sea contratada únicamente por su físico o su personalidad -en ocasiones exhibida como fenómeno de circo-, sino también por su alto nivel de preparación profesional.

Quizás no es de su interés ser un ejemplo de nada, ni una diva, ni mucho menos, pero ojalá se diera cuenta de que manejando mejor su imagen pública y escogiendo con más cuidado sus proyectos, podría asegurar su lugar en la historia del espectáculo desde otro sitio, aunque probablemente ya haya empezado: su programa de revista Su Sana Adicción le permite ser de pronto seria sin perder su esencia. Poco a poco la va uno conociendo más, es generosa, buena onda con sus invitados e invitadas, buena escucha, culta y divertida... pero sigue haciendo realities y coqueteando con Adal Ramones ¡Qué hueva!

No espero nada de Susana Zabaleta, no quiero que me salve la vida o me sirva de inspiración. Busco ser una femme fatale, aunque no una espectacularmente bella ni muy famosa. Me queda claro que en México es más difícil hacer muchas cosas, entre ellas quedar bien con Dios y con el Diablo...más aún, siendo mujer.

lunes, 11 de febrero de 2013

¿­­Amor romántico VS romance o VS Amor?



-Han sido días muy pesados en el trabajo, dame chance de no vernos esta semana, ¿te parece?
-...pues no, no me parece porque es la semana de San Valentín...(corrijo) no es que a mí me interesen estas cosas, pero...pues en este caso sí...(recapacito) pero está bien, no te preocupes, me aguanto.
Diálogo sostenido entre mi pareja y yo el día de ayer. 


Qué difícil es no caer en las garras del amor romántico y de toda la parafernalia que rodea al Día del Amor y la Amistad. Él y yo somos una pareja de adultos, profesionales, en muchas cosas estamos más allá del bien y del mal... pero estamos empezando una nueva etapa de nuestra relación en la que debemos afianzar muchas cosas. ¿Qué importancia tienen estos días para saber si funcionaremos o no? ¿Será un periodo de prueba como el que tuvimos la pasada Navidad?

Todas las parejas pasan por momentos difíciles. Somos seres humanos, imperfectos. No todo son besos y arrumacos. Existe la resistencia en muchos casos a amar y dejarse amar, en otros casos la aprehensión de querer estar cerca del otro/a, la necesidad de tener certezas en la vida, y la negociación de por medio que es más saludable y garantiza la calidad de la relación, pero que es menos agradable que hacer el amor y regalar peluches.

¿Por qué fuimos enseñados a andar de par en par? 

Bueno, según el psicoanálisis el verdadero meollo del asunto radica en nuestra necesidad muy humana de reconocimiento, algo de lo que no debemos sentir vergüenza puesto que no hay un solo ser humano que no lo necesite. Y esta necesidad, invariablemente surge de la combinación de dos grandes deseos imposibles de satisfacer al cien por ciento: el deseo de dominar sobre alguien, y el deseo de sentirse amado por alguien. El equilibrio entre ambos deseos, presentes en ambos miembros de la pareja, es lo que posibilita finalmente una relación amorosa.

De este modo, se explica por qué una persona puede sentirse incompleta si no tiene el reconocimiento del otro/a, por qué siempre andamos queriendo asentar nuestra valía en las cosas más inmediatas y que engañan de forma eficaz al ojo ajeno, como la apariencia física, los bienes materiales o el éxito profesional, lo cual no es suficiente la mayoría de las veces para obtener ese reconocimiento genuino que encierre la satisfacción de dominio y de amor al mismo tiempo. Es por eso que siempre que no hay claridad en uno/a mismo/a, quedan las preguntas muy válidas pero muy mal entendidas como ¿Qué sientes por mí? ¿Qué somos? ¿Me quieres como yo a ti?


El problema no son las preguntas, el problema está en la muy chata definición de amor que tenemos hoy por hoy los seres humanos. José Mariano Leyva en su libro "El Complejo Fitzerald" (Tierra Adentro, México, 2008) hace un estudio comparativo sobre los temas que han sido el motor de la literatura juvenil a lo largo de la historia, entre ellos uno de los más importantes, claro está, es el amor. En algún momento el autor cita a Fréderic Beigbeder, (El amor dura tres años, Anagrama, Barcelona, 1999) quien se postula al respecto de la siguiente manera:


"Nuestra generación tiene una pésima educación en el terreno sexual. Creemos saberlo todo, porque vivimos bombardeados de pelis porno y porque nuestros padres han hecho su revolución sexual. Pero todo el mundo sabe que la revolución sexual nunca tuvo lugar. En el sexo, al igual que en el matrimonio, nada se ha movido ni un milímetro desde hace un sigo. Nos acercamos al año 2000 y las costumbres son las mismas que en el XIX, y algo menos modernas que en el XVIII. Los hombres son machistas, torpes, tímidos,y las chicas son púdicas, reacias, acomplejadas por la idea de que las tomen por unas ninfómanas. La prueba de que nuestra generación es sexualmente nula es el éxito de los programas que hablan de sexo en la radio y la televisión, el ínfimo porcentaje de jóvenes que se ponen preservativo para hacer el amor"

Me parece adecuado traerlo a cuento por la contundencia y la claridad de su opinión, y por lo realmente cercana que se siente en pleno siglo XXI.

Leyva explica el modo en que, desde siglos atrás, la gente sigue creyendo en el amor como la única tabla de salvación, y cómo a pesar de la lenta evolución de las relaciones interpersonales, la llegada de las nuevas tecnologías y el cambio paulatino del mundo tendente al individualismo, secretamente sigue creyéndose en el amor -sobre todo el amor de pareja- como un oasis donde confluyen las compensaciones por ir en contra de la naturaleza humana, misma que NO es verdad que tienda a la soledad: es bien sabido que el ser humano es un animal social. Amar a alguien es pues, el pretexto idóneo para seguir los impulsos más naturales de búsqueda de compañía.


Sin embargo el oasis del amor es más bien un espejismo, un holograma fabricado por la comercialización del afecto que ha tomado al amor romántico como el único modelo a seguir desde el imaginario colectivo: hay que dedicar canciones, mandar mensajes, dar regalos y hacer de cierta fecha "una ocasión especial para amar".


Lo mismo sucede en la Navidad y la víspera, que son fechas donde uno necesariamente tiene que sentirse más cercano a la gente, más "buena persona". Y así como la caridad se confunde con el amor en temporadas navideñas, también el romanticismo se confunde con el amor durante el mes de febrero.

¿Qué implica el amor romántico?

Puede usted ir a la Wikipedia y averiguar en unas cuantas líneas qué es lo que engloba. Desde el punto de vista psicológico, el romanticismo es una etapa por la que pasamos la mayoría de las parejas, equivalente a la etapa del cortejo, mejor conocida como enamoramiento: atracción física, empatía psicoemocional, sensación de bienestar al lado de la persona, impulso de compenetrarse en todos los sentidos, es decir, deseo de fusión sexual y al mismo tiempo de compartir todos los demás aspectos de la vida a fondo. De ahí las frases "Eres el amor de mi vida", "Quiero pasar todo el tiempo a tu lado", "Contigo me siento en las nubes", "Nunca voy a encontrar a nadie como tú" (o el más perverso "Nunca vas a encontrar a nadie que te quiera como yo"), "Juntos hasta que la muerte nos separe" etcétera, etcétera, etcétera.

Al contrario de las primeras preguntas citadas, que tienen que ver más con una búsqueda de identidad personal en relación con el otro/a, que implican una búsqueda de comunicación e interés por la opinión y los sentimientos del otro/a, que no parten necesariamente de un sentido de exclusividad y egoísmo sino de preocupación por la posición de la otra persona respecto a la relación; estas últimas frases mencionadas aluden a comportamientos adquiridos a través de la historia y de una concepción aprendida del amor de pareja: indican un profundo egoísmo, el sobreponer las propias sensaciones y acaso sentimientos personales, a los intereses y opinión del otro/a.

Es verdad que durante el enamoramiento las sustancias químicas del cerebro que ayudan al discernimiento y la solución de conflictos se producen en menor cantidad, sobre todo si se trata de pensar en "esa persona". Las sustancias químicas como la dopamina y las endorfinas invaden todos los impulsos nerviosos generando una sensación completa de bienestar imposibilitando la necesidad de racionalizar sobre ello. 

Por supuesto que con voluntad y conciencia todo se logra, pero por ello es necesario debatir más sobre el tema sin creer ciegamente en "el amor para toda la vida". Durante nuestra permanencia en la tierra conocemos infinidad de personas a quienes somos capaces de amar, y muchas personas son capaces potencialmente de amarle a uno, sin embargo, al seguir poniendo nuestro valor en otras cosas que nos distraen de los valores éticos, nuestra capacidad de amar y por ende, de ser amados, va disminuyendo de modo tal que nos vamos arriesgando menos, que nos vamos situando en zonas de confort, sostenidos por el sentido común y respaldándonos en las ideas limitadas, pero socialmente aceptadas del amor romántico.

Estar casado o casada te da más estatus social que ser soltero o soltera. La necesidad humana de emparejarse privilegia un estado civil en donde supuestamente la persona encontró alguien que decidiera permanecer a su lado el resto de su vida –lo cual le sitúa por encima de la gente que no ha encontrado lo mismo-, y condena el divorcio como un supuesto fracaso de vida –baja de estatus por no haber sido capaz de conservar ese privilegio. 

Por eso es que es tan fácil caer en las garras del bombardeo romántico presente en estas fechas, pero también durante el resto del año:
  1. Por un lado está la necesidad personal y natural de interacción o con los otros, lo que se hace difícil en sociedades cada vez más renuentes al compromiso a nivel meramente humano. De ahí que cuando encontramos UNA persona dispuesta a sostener cualquier tipo de relación interpersonal con uno, pero además cumple con los requisitos para que se dé un enamoramiento, la idea del amor -en este caso, de pareja- como una tabla de salvación, se fortalece.
  2. Por otro lado está la presión social que siempre insiste sobre solteros y solteras que "ya te quedaste a vestir santos", "vamos a ver si sales en rifa", "te presento un amigo o amiga", "¿tú tan guapo/guapa y no tienes a nadie?", "soltero maduro, puto seguro" (incluyendo además dentro del único amor válido, el heterosexual), "¿cuándo vas a presentarnos un novio/novia?",
  3. Y por otro lado las manifestaciones válidas de amor que incluyen dar regalos y celar, demandar exclusividad. Se han olvidado de todas las demás manifestaciones de amor que no excluyen al amor de pareja, sino que son válidas para todo tipo de relación interpersonal, y que van desde el contacto físico (un beso, un abrazo, un apretón de manos, el acto sexual) hasta una discusión con fines de negociación, respetuosa, equitativa; pasando por la convivencia, el juego, la diversión, la compañía en momentos difíciles, el apoyo emocional, la comprensión, evitar juicios y prejuicios, críticas destructivas, faltas de respeto, violencia. Los regalos y los celos no son más que instrumentos condicionantes de la conducta: estímulo-respuesta. Se compra el cariño o se obtiene por medio de la intimidación.
Los regalos, como me decía una amiga muy sabia "sólo se dan como reconocimiento, cuando esa persona ya se lo ha ganado de una u otra forma, no para esperar que se comporte en consecuencia". 

Hacer el amor es muy delicado. No se limita a la forma de actuar en la cama. Hacerle el amor al otro/a es comprenderle, querer ayudar y procurar la comprensión y la ayuda voluntaria de parte del otro/a. Ese es amor en el más estricto sentido de la palabra. Equilibrar el egoísmo y la generosidad como escribiría Erich Fromm (El arte de amar). Amor que aplica no sólo a parejas sino a amigos, hijos, padres...


Quien escribe es una mujer enamorada, de ahí el posible 'sesgo romántico' que pueda tener el artículo presente. Una mujer que no va a festejar el 14 de febrero con su amado, pero que está contenta porque su amor va más allá de las convenciones sociales, y sabe que si hay una llamada o mensaje de pretexto para no obviar San Valentín, será sólo porque la etapa en la que estamos amerita valernos de estos momentos para brindarnos seguridad mutua, confianza y certeza en que todo estará bien a pesar de nuestros tiempos. A fin de cuentas vivimos en esta sociedad y no podemos escapar fácilmente de la sobre estimulación comercial que nos rodea, lo cual puede conflictuarnos como nos sucedió en diciembre pasado y por lo cual decidimos darnos un tiempo.


Hoy espero que eso no se repita. Conciencia y voluntad ayudan a pensar profundamente a pesar del enamoramiento. Hoy espero que el amor suceda.

domingo, 3 de febrero de 2013

En Japón es normal



Quienes vivan en México y tengan cierta edad como yo, recordarán el caso que causó revuelo hace algunos años, al que la prensa bautizaría como “El Clan Trevi-Andrade”. La joven Karla de la Cuesta hizo una denuncia penal en contra del productor musical Sergio Andrade y la entonces (ya) famosísima Gloria Trevi. ¿El delito? Trata de personas.
¿Cómo operaba este clan según se supo después? Muy fácil: Sergio Andrade embaucaba a las jovencitas prometiéndoles hacerlas famosas como Gloria Trevi, y ésta, a su vez, se encargaba de que permanecieran en el grupo como sus coristas o ayudantes de cualquier cosa.
La prensa amarillista pronto fue sacando a la luz las intimidades que se perpetraban al interior del clan, como orgías, abortos y violencia tanto física como psicológica. Al final resultó que estas mujeres (todas ellas muy jóvenes y de buen cuerpo) eran amantes del productor, y no sólo eso, varias (incluida Gloria Trevi) habían quedado embarazadas del mismo… ¡y no sólo eso! Varias confesaban haberse enamorado perdidamente de Andrade y justificaban no haberse quejado antes debido al profundo amor que sintieron por él. Síndrome de Estocolmo. Todas ellas padecieron eso mismo, enamoradas de su captor y justificando los malos tratos en beneficio de ellas mismas.
Niveles de manipulación tan perversos se habían visto poco en el medio del espectáculo. Se dijo que la cantante Lucero había sido el primer amor platónico del que Andrade se enamoró siendo ella una niña, y al no haber sido correspondido enloqueció, buscando luego chicas de rasgos finos y cabello largo para saciar su obsesión por Lucero. Una mente enferma que aún purga su condena en la cárcel.
El trato hacia Gloria Trevi fue por un lado de criminal y cómplice; y por otro lado, de víctima y sobreviviente, siendo esta última versión bajo el amparo de las alas de Televisa, la que la volvió a convertir en estrella y su pasado fue lavado sin mayores complicaciones.

En todos lados se cuecen habas
Hoy me entero del escándalo que circula en la red alrededor del grupo de chicas japonesas conocido como AKB48 y que mucho se está pareciendo a la telenovela mexicana que acabo de narrarles. Procedo a explicarlo:
J-Pop significa llanamente “Pop japonés” y su equivalente coreano, el K-Pop alcanzó fama mundial el pasado año con el lanzamiento de “Gangnam Style”, tema coreado hasta el cansancio.
Sin embargo hay mucho que escribir sobre estos fenómenos que han llegado a nuestro país en muy poco tiempo. Para empezar la cultura japonesa ha tenido su arraigo en nuestros jóvenes desde hace muchas décadas con el Anime, que llegó para quedarse; y Corea entró primero por su mercadotecnia, luego por sus telenovelas (melodramas de buena manufactura llamados dramas) y más tarde por su música, concretamente a través de Boybands estilo NSYNC o Backstreet Boys y de Girlbands tipo Spice Girls o Pussy Cat Dolls. Una de estas bandas de J-Pop es la conocida como AKB48, y tiene el Record Guiness de ser la agrupación musical con mayor número de integrantes (que inicialmente eran 48). Pero bien, ¿qué es lo perverso?
Si bien es conocido –sobre todo entre fans- el manejo que se les da a estos artistas desde sus agencias, y aunque es bien sabido también que los países orientales se rigen por un orden y una disciplina muy severos para hacer su trabajo; es importante resaltar la misoginia del que son objeto la mayoría de las figuras musicales femeninas, concretamente del citado grupo:
1.       No deben tener novio. Las chicas son propiedad del público –generalmente masculino- que las sigue, por lo que cualquier rumor sobre posibles parejas será castigado. De hecho, fueron los mismos fans quienes exigieron  una sanción (como en tiempos de la Santa Inquisición) sólo por una “foto escandalosa” . Ahí radicó el escándalo del que les hablo, pues una miembro del grupo de nombre Minegishi Minami fue obligada (aunque ella afirma que lo hizo por voluntad propia) a raparse el cabello y subir una disculpa en video por haber sido sorprendida saliendo de la casa de un conocido cantante. El simple hecho es de entrada, aberrante. Con lágrimas en los ojos la cantante dice “No espero poder ser perdonada por hacer esto (…) Todo es mi culpa, lo siento.” En noviembre pasado otra integrante del grupo renunció antes de que se publicara que ella también había pasado la noche en casa de un hombre. Gracias al video, Minami no fue despedida del grupo, pero sí degradada a bailarina de entrenamiento, el nivel más bajo, el de principiante. Simplemente humillante…pero en Japón y Corea, la industria de los llamados idols pone reglas que violan los derechos humanos universales como si fuera lo más normal del mundo. Los idols deben ser ejemplos a seguir para sus seguidores, y eso en verdad se lo toman en serio.
2.       No hay punto número dos: ellas son objetos de propiedad sin voluntad propia. Su imagen sexual es comercializada. Es suficiente lo anterior para inferir todo lo que hay detrás de esta empresa que maneja a las jovencitas de AKB48 (nombre que hace referencia a su pueblo de origen).
a.       El negocio. Las jovencitas de AKB48 no hacen giras. Actúan todos los días cuando es posible–sí, leyó usted bien- TODOS LOS DÍAS en su propio teatro en el poblado de Akihabara. ¿Cómo ir a un concierto de ellas? No lo intente, es más fácil solicitar un beso al Dalai Lama (instrucciones completas dando click aquí). Bueno, en primer lugar tiene usted prioridad si es extranjero fuera de Asia, en segundo lugar si es extranjero fuera de Japón, en tercer lugar si es japonés fuera de Tokio, y ya los últimos en prioridad son los de esa ciudad. Solicitas el boleto, te dicen que “has sido elegido para comprarlo” y luego de engorrosos trámites disfrutas del concierto. Cabe mencionar que el público asistente es mayoritariamente masculino como puede escucharse en los fan-chants (coros del público) en cualquiera de sus videos. En dichos conciertos no puedes ponerte de pie ni gritar fuera de los coros establecidos, sólo mirarlas. Con el fenómeno de la piratería y lo difícil de la industria discográfica, han vendido más de 20 millones de copias alrededor del mundo. Ganan tanto dinero que en 2012 donaron 1.25 billones de yenes en ayuda para el terremoto y el tsunami.
b.      Su imagen de colegialas. En México ya habría reclamos por incitación a la pederastia, en Japón es normal. La protagonista del “escándalo sexual” que se rapó la cabeza y pidió disculpas, lleva 8 años en el grupo y actualmente tiene 20, por lo que sus inicios fueron siendo una menor de edad.
Constantemente hacen referencia a niñas que se enamoran de un hombre mayor y encarnan a la Lolita que se ofrece sexualmente sin inhibiciones. “No te fijes en mi uniforme”“A las chicas cada vez que se enamoran se les levanta la falda”, “Enséñame como si fuera una materia” etcétera.
c.       La imagen en sus videos y coreografías. Siempre mostrando el cuerpo, coreografías cargadas de erotismo inocente. Si bien está de moda que los pasos de baile de las cantantes de J-Pop y K-Pop resalten las curvas de la mujer y su faceta de inocencia perversa, hay que ver que en el porno japonés –incluido el Hentai- es muy frecuente la simulación de una violación, es decir, la figura frágil y doliente de la mujer, los gemidos exagerados que sugieren la supremacía del hombre, su dominación sobre el cuerpo femenino y la objetivación del mismo. Aquí mi teoría es que como los orientales son la raza con el miembro viril de menor tamaño, quizá exista el complejo que les lleva a un machismo culturalmente aceptado. Es decir, en Japón es normal el sexo forzado hacia una mujer.
Para nadie es ajeno el machismo presente en las culturas orientales, particularmente la japonesa. Una vez me ofrecieron trabajar para Yakult pero me advirtieron que para las damas no hay oportunidad de crecimiento: los varones pueden comenzar vendiendo el producto casa por casa, y terminar viajando a Japón con todos los gastos pagados o incluso convertirse en socios con algunas acciones de la empresa. Las mujeres no pasan de obreras, vendedoras, empleadas de limpieza o por mucho, secretarias.
Ya me había llamado la atención hablar sobre el fenómeno coreano en la juventud de este país, y sobre eso hablaré en otra entrada, pues nuestras culturas son muy parecidas y no necesariamente en las buenas cosas, pero la imagen de esta cantante en pleno siglo XXI bañada en llanto, mutilando una parte importante de su femineidad como es el cabello, me hace recordar a las viudas de la India que guardan así el luto –y la tentación de los hombres hacia ellas; al ocultamiento detrás de la burka en los países árabes –protegiéndolas también de la tentación masculina, o a las rapadas de la Castañeda, muchas de ellas encerradas en el manicomio por su pensamiento demasiado liberal para la época;  o a las prostitutas castigadas en tiempos de Jesucristo, pero no a una artista del año 2013.
En México las chicas del clan “Trevi-Andrade” tuvieron la suerte de que una valiente hiciera denuncia, otra más lista escribiera un libro, y así se fueron animando casi todas a destapar la cloaca. ¿Sucederá lo mismo con las chicas de AKB48, propiedad del empresario Yasushi Akimoto  o seguirán pidiendo perdón por ser niñas mal portadas, rogando no ser corridas del grupo, ya que en Japón ser sumisa es parte de su cultura y se considera normal? ¿Qué se esconderá detrás de esa sumisión y lealtad de las muchachas con su empresa y su descubridor? Si son propiedad de los mismos, ¿habrá en el contrato una exclusividad con ellos también de índole sexual? Ante tales cláusulas prescritas por agencias colmilludas y firmadas por jóvenes muy pequeñas o sus padres ambiciosos, ¿no existe abuso de poder que denunciar? ¿Qué clase de maltrato psicológico hay que ejercer sobre la voluntad de una persona para adueñarse de sus acciones más allá de los beneficios económicos que ya les reportan sus habilidades artísticas? Queda mucho que pensar, sobre todo, para mal, yo creo.
Ustedes, ¿qué opinan?