Quizá Susana Zabaleta pudiera ser esa última esperanza para contar entre nuestras mujeres vivas con el placer de tener una Femme Fatale de Monclova, Coahuila.
Tiene todo lo que se necesita y no me refiero únicamente a la apariencia, porque la historia nos da cuenta de que para ganarse el título de Femme Fatale lo primero es poseer una imagen seductora de gran belleza en rostro y cuerpo.
De eso la Zabaleta puede ya presumir bastante: siendo mujer de clase acomodada y al parecer acostumbrada a cuidarse desde muy joven, la disciplina del canto y el baile también le enseñaron a conservarse saludable.
De eso la Zabaleta puede ya presumir bastante: siendo mujer de clase acomodada y al parecer acostumbrada a cuidarse desde muy joven, la disciplina del canto y el baile también le enseñaron a conservarse saludable.
Cuando uno mira a Susana lo primero que llama la atención es su escultural figura: delgada, atlética, con un vientre plano que ya quisieran muchas chiquillas de veinte. Su amplia sonrisa de dientes perfectos, la piel tersa y la negra melena alborotada pero siempre en su lugar. Por si esto fuera poco, procura vestir siempre atuendos atrevidos que resaltan sus atributos. Pero eso no es suficiente para ser una Femme Fatale.
La Zabaleta sería una de tantas bellezas si no fuera por su actitud cínica y su mirada picarona. Se aleja de lo vulgar pero resulta provocativa al contar con la franqueza de la mujer norteña, sumada a una aguda inteligencia que desde muy joven le ha hecho confiar en su belleza y en su capacidad de manejar a los hombres.
La Zabaleta sería una de tantas bellezas si no fuera por su actitud cínica y su mirada picarona. Se aleja de lo vulgar pero resulta provocativa al contar con la franqueza de la mujer norteña, sumada a una aguda inteligencia que desde muy joven le ha hecho confiar en su belleza y en su capacidad de manejar a los hombres.
¿Qué es una "Mujer Fatal"?
Una Femme Fatale es estratega. Si usted quiere aspirar a ser una de ellas, olvídese -aunque no demasiado- de sus características físicas. Más que una mujer perfectamente ajustada a las convenciones sociales de belleza, la Femme Fatale es segura de sí misma, confiada de su inteligencia y de sus habilidades de seducción. No depende emocionalmente de otra persona -y mucho menos de un hombre- para ser feliz y sentirse plena.
No estoy queriendo decir con lo anterior que una FF odie a los hombres, muy al contrario, disfruta de ellos, pero igual puede tener la mente abierta para relacionarse también con mujeres. No le tiene miedo al qué dirán y nunca abusa de su poder sobre los otros. El adjetivo fatale sugiere la muerte, pero no se refiere a que la mujer sea una asesina. La connotación es más bien sexual: como la mantis religiosa o la viuda negra, que devoran al macho después de copular con él, por lo que la muerte del hombre en brazos de una mujer fatal es más de índole simbólica tanto en lo emocional como en lo social: pareciera morir su voluntad, perecer su hombría al verse envuelto en los encantos carnales e intelectuales de su amante.
Pero una mujer fatal no hiere, es la más sutil de las negociantes. El hombre no sólo se da cuenta de que está siendo manipulado, sino que lo goza. De ahí el conflicto que le genera el estar siendo obediente a los deseos de un ser considerado culturalmente inferior a él. La Femme Fatale le voltea la moneda: él pareciera ser su súbdito, pero será tan cuidadosa, que jamás va a lastimarlo. Ser FF es un juego: en realidad nadie está dominando a nadie, sólo es una mujer que sabe el papel administrativo que le corresponde, y usa su inteligencia para elegir cuándo llevar y cuándo dejarse llevar.
Suena bien, ¿no? Una forma de amar con desapego, teniendo siempre el control de la situación, sin retener al otro por la fuerza, dejándolo en libertad pero con la certeza de que siempre regresará para entregarse. Una mujer fatal nunca sufre la falta del otro porque nunca le falta nada: se tiene a sí misma y por ello se siente completa. Una mujer fatal ama de veras, no maneja cruelmente al otro, simplemente sabe lo que les conviene a ambos y busca las condiciones para obtenerlo, por lo que la sensación de fatalidad es solo eso: una idea falsa de sometimiento del hombre. Repito: es sólo un juego.
Susana y las mujeres mexicanas
Aprender a ser una FF en México no es algo sencillo, sobre todo si se proviene de una clase social baja, no se tienen estudios, se tienen antecedentes católicos y se basa la educación sentimental en las canciones de la radio, películas y telenovelas. Lo más que puede aprenderse es a intentar parecer una de ellas, pero a ser rápidamente confundida con una mujer de mala reputación.
Por eso es que la gente famosa sirve muchas veces como modelo a seguir en cuanto a pautas de comportamiento. No sólo se imponen modas en la forma de verse o de vestirse, sino en las formas de hablar y de conducirse por la vida. Sólo hay que tener cuidado con esto porque es engañoso lo que las pantallas televisivas nos muestran de las figuras públicas. Recordemos que cada cosa que vemos a través de una cámara, representa sólo una mirada parcial de lo que es la realidad completa.
Un ejemplo: vemos un paneo de la cámara recorrer el vestido que la Zabaleta lució para tal o cual evento. Con ello se nos queda en la mente que algo muy importante de ella es su bien formado cuerpo, lo que en el inconsciente se graba como una muy cruel comparación entre el ideal de belleza y lo palpable del propio cuerpo. Luego le hacen una pregunta y ella contesta en segundos una frase contundente que encierra toda una forma de pensar, muy distinta del común de la mujer mexicana. La nota periodística pasa muy rápido y los comentarios de los reporteros -por lo general escasos de entendederas- ridiculizan o frivolizan la respuesta de la cantante al no poderle dar una explicación congruente.
¿Qué sucedió aquí? Que la mujer quedó reducida a una loca petulante, inadaptada y 'mala leche'. Juicio moral.
Habrá que cuestionarse: ¿Qué tiene de malo ser petulante si se sabe lo que se tiene y cómo usarlo? (que los demás no lo sepasn, es su problema) ¿Qué tiene de malo ser un inadaptado en una sociedad profundamente enferma? (sabias palabras de Krishnamurti) ¿Qué tiene de malo divertirse un poco echando sana carrilla a los demás? (el mexicano es muy sentidito, y la mexicana, muchísimo más por razones obvias).
He visto y escuchado a mucha gente expresarse mal de Susana, y no pocas veces he estado de acuerdo en algunas cosas. Que si no interpreta de la misma forma que Regina Orozco (cruel comparación porque como su nombre lo indica, ella es auténticamente una reina); que si no tiene bonita voz (a mí tampoco me gusta, aunque es una profesional del canto ante toda prueba); que si "se siente mucho" (es mejor sentirse mucho que sentirse poco, por experiencia personal lo comento); que si es agresiva y vulgar (no lo creo, ella y Niurka no son lo mismo, Susana no ha lucrado con escándalos de su vida íntima); que si su cinismo choca (yo diría que "lo que te choca, te checa". El cinismo hace eso siempre contra las mentes más reprimidas... ejem... y también lo digo por experiencia)... el caso es que Susana es una de las pocas exponentes más congruentes con el estereotipo de mujer fatal que tanta falta nos hacen.
Probablemente no ha llevado una carrera muy equilibrada: ha sido tan versátil que ha aceptado trabajos televisivos horrendos por los cuales a veces se le ha considerado vulgar: telenovelas y reality shows no son lo que hace necesariamente respetada a una artista. La razón más evidente es que lo ha hecho por dinero... motivo no sólo respetable sino comprensible. Quienes no aceptan ese tipo de estímulos económicos puede ser solamente por dos razones: o no se sienten capaces de tal flexibilidad en sus habilidades como profesionales del arte para poder hacer un simple entretenimiento; o bien tienen ataduras morales relacionadas con la esencia de su profesión y con lo que está correcto hacer o no. Ninguno de estos problemas los tiene Susana, pero destaquemos que hasta el momento no ha aceptado posar desnuda, lo cual tiene fama de ser bien pagado pero aún no se desliga de conceptos tan complicados de teorizar como la pornografía y la prostitución.
Quizás se le cuestione también que, por mucho que ella se jacte de tener un matrimonio muy abierto y moderno, lleve varios años casada con el mismo hombre y tenga dos hijos, viviendo así en la vida privada un estilo de familia tradicional muy lejano a lo que cualquiera podría asociar con una vida disipada y sin preocupaciones. A veces hasta parece haber mucha incongruencia entre su actitud crítica y su conservadurismo, lo que la ha llevado a ser modelo aspiracional para muchas mujeres mexicanas, y a generar empatía y envidia a la vez. Pero aunque el punto podría ser muy debatible, es una muestra de que puede serse una Femme Fatale y formar una familia al mismo tiempo. Ambas cosas no se excluyen una a la otra. No es necesario tener muchos amantes para poder actuar como tal. Una puede ser FF pretendiendo ser fácil, pero no siéndolo realmente.
Susana hace alarde de su seguridad personal y en ocasiones exagera, es descuidada en algunos comentarios pero la mayoría de las veces lo hace de buenas y en todo caso, asumiendo las consecuencias. De otra manera ya no tendría trabajo, y eso sin olvidarnos de sus capacidades vocal e histriónica, que no son sino resultado del esfuerzo y la constancia, por lo que no es una mujer que sea contratada únicamente por su físico o su personalidad -en ocasiones exhibida como fenómeno de circo-, sino también por su alto nivel de preparación profesional.
Quizás no es de su interés ser un ejemplo de nada, ni una diva, ni mucho menos, pero ojalá se diera cuenta de que manejando mejor su imagen pública y escogiendo con más cuidado sus proyectos, podría asegurar su lugar en la historia del espectáculo desde otro sitio, aunque probablemente ya haya empezado: su programa de revista Su Sana Adicción le permite ser de pronto seria sin perder su esencia. Poco a poco la va uno conociendo más, es generosa, buena onda con sus invitados e invitadas, buena escucha, culta y divertida... pero sigue haciendo realities y coqueteando con Adal Ramones ¡Qué hueva!
No espero nada de Susana Zabaleta, no quiero que me salve la vida o me sirva de inspiración. Busco ser una femme fatale, aunque no una espectacularmente bella ni muy famosa. Me queda claro que en México es más difícil hacer muchas cosas, entre ellas quedar bien con Dios y con el Diablo...más aún, siendo mujer.
No espero nada de Susana Zabaleta, no quiero que me salve la vida o me sirva de inspiración. Busco ser una femme fatale, aunque no una espectacularmente bella ni muy famosa. Me queda claro que en México es más difícil hacer muchas cosas, entre ellas quedar bien con Dios y con el Diablo...más aún, siendo mujer.