sábado, 31 de diciembre de 2011

Las redes sociales



Hoy que les doy una checada a mi facebook y mi twitter -es curioso llamarles con pronombres posesivos, como si fuesen mascotas o seres queridos- me doy cuenta de que en víspera de año nuevo, todo el mundo se pone cariñoso, desea lo mejor, se despide del 2011 y quiere paz.

La verdad ya extrañaba que las redes sociales volvieran a ser lo que era antes, y hoy ando feliz de la vida comente y comente, postee y postee, poniendo deditos arriba a cuanto buen deseo me encuentro en la página de inicio. Y he aquí que descubro por qué me gustan estos espacios cibernéticos, qué es lo que menos me gusta y por qué hay unos que me gustan mucho más que otros.

En primer lugar están los blogs: hasta la fecha por lo menos en Blogger tengo ocho entre activos e inactivos, más los que se sumen. Inicié en el 2006 escribiendo un Frankenstein mezcla de mis opiniones sobre asuntos de interés general y mis vivencias y aventuras personales, mis sueños, mis traumas y mis frustraciones. Ese primer blog me orilló a abrir otro más donde cupiera un contenido más serio y que pudiera ser visitado por otro tipo de gente más allá de mis amigos más íntimos, pero no funcionó: seguí siendo apasionada en mi opinión de los temas y eso me enseñó a crecer y a aprender que debo adquirir un poco más de compromiso cuando escribo sobre algo que será publicado en la red y que puede ser leído por cualquiera, incluso por aquéllas personas a quienes critico directamente.

Y bueno, he de decir a mi favor que no soy periodista ni literata para cuidar letra a letra las cosas que pongo. Eso lo he aprendido a hacer cuando me aventuro a la narrativa de ficción, cuando hago un ensayo profesional o cuando intento hacer una crónica de algo que involucra a un grupo más amplio de personas más allá de mis propias narices.

Luego tuve que abrir un par de blogs más para poder vaciar ahí mis obsesiones de coleccionar imágenes: la pareja de Harry y Hermione de la saga Harry Potter, así como otras parejas imposibles, producto de una investigación que nació como un proyecto serio y se convirtió en un juego muy educativo y liberador para mí misma. Otro blog para mi compulsión de guardar sirenas, personaje mítico con el que me identifico desde que tengo uso de razón: literal, y uno más para opinar sobre mis gustos musicales y artísticos... por ahí hay uno de un grupo en el que estuve involucrada y mucho más... no cuento Tumblr, que es un portalito ahí medio escondido para cuando se me pone la loquera de escribir cualquier cosa... los blogs son la onda.

Y lo digo así porque es un espacio en donde uno puede acomodar sus ideas de modo abierto, sin límite de palabras, sin restricciones de ilustraciones. Alguna vez probé con Wordpress pero no me gustó. También tengo pos ahí uno en Webs.com que fue anterior a todos los de Blogger, pero tampoco me funcionó mucho. Me encanta hacer páginas web, diseñarlas, ponerles cositas y para ello los gadgets que se pueden agregar aquí me han hecho feliz más de una vez, pueden creerlo.

Pero bueno, continúo hablando de las redes sociales desde mi experiencia personal: Myspace, Hi5... fueron espacios altamente visitados por personas que deseaban promocionar su música o sus actividades, como cuando quise cantar y promoví mi proyecto con un chico, e incluso a mí misma en solitario. Esos dos espacios por ahí andan, pero ya están abandonados. De vez en cuando les doy su manita de gato para que no se empolven, aunque ya sean parte del recuerdo.

Sin embargo Facebook y Twitter llegaron para quedarse, y con esto creo compartir la opinión de más de uno que pueda pasar a leerme por este espacio.

En lo personal prefiero a Facebook porque siempre se está renovando. A la fecha en que escribo ésto, apenas acaba de lanzar hace unas semanas la "Biografía" que sustituye al "Perfil", y en donde se puede visitar cualquier mes en la historia de uno desde que empezó a publicar en facebook, ¿no es eso verdaderamente genial? Nada se borra, todo sigue ahí, y puede controlarse la visibilidad de cualquier cosa de forma sencilla.

Quizás esto no es muy conveniente para quien se avergüence de su pasado y quiera borrar todo indicio de cómo fue ayer, pero en mi caso me encanta porque puedo ver cuánto he cambiado a la misma vez que me doy cuenta de los valores que he conservado desde que ingresé a esa red hasta ahorita. Constato que soy la misma de antes, pero a la vez soy mejor, eso me gusta.

¡En Facebook uno puede espiar a la gente sin que se entere! Eso es maravilloso. El chismocito de Hi5 tenía una opción para saber quién te había visitado, en cambio estar protegidos desde el anonimato te permite elegir de quién quieres aprender cosas de la vida, posturas ideológicas que varían debido a las diferencias de edades, clases sociales, entornos, países y modos de vida. Es fantástico.

Facebook es positivo porque a pesar de que la gente siempre encuentra la forma de agredir a otros, el botoncito de "Me gusta" es la mejor invención que se ha hecho en todos los tiempos: busca formas de acercar a la gente, de que estén de acuerdo en algo. Y aunque se ha pugnado desde diversos grupos por que se agregue el botón "No me gusta", al parecer facebook tiene muy claro lo que quiere y lo que no para su red. Por eso ojalá no hagan caso, porque es mucho más importante generar unión que divisiones, eso me queda clarísimo.

A través de Facebook uno puede hacer un intensivo ejercicio de tolerancia, y aunque no estemos de acuerdo en algo, sin la existencia de un "No me gusta", uno se abstiene de opinar y aprende a respetar lo que otros piensan y sienten... (insisto, siempre hay quien no se resiste y agrede a la menor provocación, ¿a quién no le ha pasado?) Pero mirar cómo alguien se la pasa azotándose por un amor no correspondido, por una baja autoestima o al contrario, jactándose de lo maravilloso o maravillosa que es, son actitudes igual de molestas y hartantes, como cuando se postea un contenido pasado de moda como si fuera la máxima novedad, o una canción horrenda como si fuera la más importante en la vida de alguna persona. Uno aprende porque aprende que este mundo es muy diverso, y que darse una vuelta por la página de inicio (siempre y cuando se cuente con amistades que no sean de un mismo círculo con los mismos gustos y las mismas formas de pensar), significa una expansión de la conciencia más allá de lo que vivimos cotidianamente con nuestra sociedad más cercana.

Facebook es una maravillosa red social porque permite ser usado para casi cualquier fin: desde usarlo como un diario y comentar la cosa más inútil como el color de los calzones o lo que se está desayunando, hasta para hacer campañas políticas o promover eventos masivos. El facebook devoró lo que podía hacerse en Blogger, Hi5 o Myspace y le puso el "Me Gusta" como valor agregado, cuando uno no puede decir nada más, cuando uno no tiene tiempo de pensar en nada más que en un "Estoy de acuerdo". Facebook vino a revolucionar con su poco personalizable perfil, al mundo en donde todos estamos buscando ser iguales, o por lo menos tener los mismos derechos desde nuestras diferencias: no debes pagar más por ponerle colorcitos, ni hay herramientas permitidas sólo para aquéllos que puedan pagar, al menos que uses algunos juegos cuyo negocio siempre ha sido ese. Facebook no: todos tenemos el mismo perfil azulito con diferentes contenidos, pero todos tenemos el mismo acceso. La diferencia la hacen los propios individuos: si tienes internet en casa o si lo usas desde un ciber café; si lo usas por teléfono o sólo en tu trabajo, si sabes usar bien la computadora o apenas te estás iniciando.

Sin embargo con facebook todos aprendimos a ser personas públicas, a sentirnos comprometidos y responsables, unos más, unos menos, de lo que colocamos en nuestros perfiles y de lo que comentamos en todos lados. Consciente o inconscientemente siempre estamos buscando que lo que escribimos deje huella, haga historia. Para caer bien o para caer mal, todos deseamos ser vistos, conocidos, escuchados, y esa oportunidad nos la da el Facebook: en primer lugar es un medio que, por lo menos de fábrica, es de lo más democrático, además de que nos permite vernos como nos queremos ver, pues vamos construyendo nuestra biografía día con día, y vamos fabricando un documento testimonial de nuestro paso por la vida a base de pasiones, arrebatos, emociones, pensamientos, vivencias, pérdidas, logros, trabajos y relaciones humanas.

Ahí se registra todo lo que estemos dispuestos a mostrar al mundo, ya más, ya menos. Facebook y Blogger para mí son la onda, aunque no todo el mundo puede tener un blog: si a veces en Twitter la gente no sabe qué escribir, mucho menos en Blogger: estos espacios están hechos idealmente para quienes tenemos ganas de decir muchas cosas, de platicar horas, de contarle a alguien a detalle lo que se piensa, y para ser leídos por gente que tenga más tiempo, más interés o más hábito de leer que otros. En otras redes no: Facebook es más efímera... aunque si de efímeros hablamos, pasemos ahora a hablar de Twitter.

Twitter se define como "una red de micro blogging", es decir, un blog en donde sólo puedes escribir un límite de 140 caracteres (es decir letras, espacios y signos de puntuación).

Para empezar, escribir en Twitter es para mentes ágiles, de lo cual considero que adolezco. Gente ocurrente que puede tener tal capacidad de síntesis, que puede decir frases muy sabias y contundentes en tan poco tiempo. Quizá por eso blogs más completos como éste que está usted leyendo, con el tiempo pasen a ser obsoletos y materia de consumo de los más viejos. Twitter es tan fácil de usar como enviar un sms desde el teléfono celular. Por eso es tan inmediato, porque puedo escribir desde el más denso pensamiento filosófico, hasta una llamada de auxilio o una tontería que se me ocurrió en el momento. Yo aún no decido bien de qué forma usarlo...

Una vez oí por ahí que "Twitter es una gran broma que nadie ha entendido", y puede que sea verdad, aunque desconfío un poco de la postura frívola con que muchos se han tomado el uso de esta red, pues grandes causas han visto la luz a través de este medio: crítica, opinión, unión social, incluso revoluciones. No sólo se trata de decir frases ingeniosas y graciosas adoptando una personalidad distinta y "atrevida" escudada en el anonimato, bajo un nick distinto al nombre, lo cual no permite mucho el Facebook.

Twitter es fugaz, más frío. En mi opinión muchas veces tengo la sensación de estar tirando a la basura mis palabras, y sí, claro, puede que se limite a eso: a una simple sensación de una mente aprehensiva, pero también es cierto que no es tan fácil recuperar lo escrito con anterioridad, y a menos que sea uno alguien famoso con miles de seguidores, lo que se sube ahí es perecedero, hasta inútil muchas veces. Tengo la impresión de que si no eres un "Twitstar", no vale la pena escribir ahí. Por eso prefiero el facebook, en donde las mismas personas que yo tengo agregadas pueden leerme, no así en Twitter, en donde yo sigo a muchos, pero eso no es garantía de que me sigan a mí. No es tan parejo, es más competitivo.

Sin embargo hay mentes para todo, así que tal vez no sea ésta la última vez que escriba sobre las redes sociales, que me hacen girar mucho la ardilla, ¡y eso "mi piace"!


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